Nobleza

RELACIÓN DE LAS PRINCIPALES CORPORACIONES
NOBILIARIAS VIGENTES EN ESPAÑA

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Elenco de Caballeros y Damas del Reino de España

Es propósito de este Elenco de Caballeros y Damas del Reino de España, aglutinar a todas aquellas personas, que sean nobles por nacimiento o privilegio, o que sean nobles por méritos propios y, que se comprometan con los principios y códigos morales de la Caballería, es decir, rectitud, benevolencia, cortesía, veracidad y sinceridad, honor y lealtad.

Los nobles de sangre o privilegio se inscribirán como Caballero o Dama de Justicia. Los nobles de mérito se inscribirán como Caballero o Dama de Mérito.

Pueden inscribirse todos los ciudadanos españoles, que puedan probar su nobleza (de sangre o privilegio, o de mérito), pudiendo proceder los méritos tanto de España como de cualquier otro país o institución internacional. También pueden inscribirse todos los ciudadanos no españoles, que puedan probar su nobleza (de sangre o privilegio, o de mérito), mientras los méritos procedan de España.

Estamento de caballeros y damas de casas tituladas vacantes

Es propósito de este Estamento de Caballeros y Damas de Casas Tituladas Vacantes, aglutinar a todas aquellas personas, que desciendan de aquellas que en su día fueron agraciadas con un título nobiliario y que en la actualidad esté vacante por haber transcurrido cuarenta años o más sin haber estado ocupado. De esta forma mantendremos vivo el recuerdo de gloriosas hazañas y las perpetuaremos en el tiempo para ejemplo de nuestros descendientes.

Para poder inscribirse en este Estamento es condición necesaria descender bien por vía paterna (agnada) o bien por vía materna (cognada), en cualquier grado y línea, de determinada persona agraciada con un título nobiliario español actualmente vacante y sin posibilidad de rehabilitación. Se incluyen los títulos carlistas, así como los concedidos por cualquier monarca español en cualquier territorio que hubiese pertenecido a lo largo de la historia a la Corona española.

Pueden inscribirse todos los ciudadanos españoles o extranjeros, que puedan probar su descendencia de determinada persona agraciada con un título nobiliario español, actualmente vacante y sin posibilidad de rehabilitación.

Padrón General de Descendientes de Nobles Españoles

Con el propósito de reunir en un padrón general a todas aquellas personas que actualmente descienden de personas consideradas como Nobles en el Antiguo Régimen se constituye el Padrón General de Descendientes de Nobles Españoles.

Para poder registrarse en este padrón es condición necesaria descender bien por vía paterna (agnada) o bien por vía materna (cognada), de determinada persona Noble, respetando las tradicionales leyes, costumbres y principios de la Genealogía y la Nobiliaria española. Pueden inscribirse en este padrón todas aquellas personas de cualquier nacionalidad que demuestren fehacientemente descender de persona considerada como Noble en el Antiguo Régimen de España.

Ilustre y Noble Esclavitud de San Juan Evangelista de La Laguna

La historia de esta corporación nobiliaria, arranca del hecho prodigioso que ocurrió el 5 de mayo de 1648, víspera de la festividad de San Juan, cuando cierta epidemia cernía su amenaza sobre las islas Canarias. Aquel día, después de la misa mayor, se advirtió que la imagen de San Juan Evangelista, pintada sobre tabla en uno de los recuadros del retablo principal, de la Iglesia de Ntra. Señora de la Concepción, en San Cristóbal de la Laguna (así es como se llamaba entonces la capital tinerfeña), tenía el rostro cubierto de gotas menudas y brillantes: el Santo sudaba. Y así estuvo durante cuarenta días, con sus noches. El sudor del santo se le aplicó a varios enfermos, observando los presentes, según narraciones populares, curaciones milagrosas que atribuían a la bondad y misericordia del Santo. La devoción a la imagen prendió en toda la isla y la Nobleza quiso constituir una cofradía que cuidara de rendirle culto.

Las primeras noticias de la Corporación, entonces constituida como Hermandad de Nobles, las encontramos en 1664, pero si atendemos a la “Leyenda” del hecho portentoso atribuido al Santo, podemos pensar que la Hermandad nace sobre 1648.

El fin Principal de la Corporación consiste en la veneración y culto del Santo Apóstol Evangelista. Su sede se encuentra en la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de la Laguna (Tenerife), donde su representación corporativa tiene reservado desde fechas fundacionales lugar preferente en el crucero inmediato al presbiterio, privilegio del que no disfruta ninguna otra hermandad o cofradía en las Canarias.

En los Estatutos de 1728 se fijó el número de hermanos en setenta y dos. Ya en pleno siglo XIX se acuerda en asamblea formar una junta de recibimiento compuesta por los seis hermanos cofrades más antiguos, siendo sustituida actualmente por una comisión de recibimiento, compuesta por cinco miembros con carácter vitalicio, elegidos entre los Caballeros residentes en Tenerife, y cuyos primeros apellidos sean de los que figuren como Hermanos con más de ciento cincuenta años de antigüedad a la fecha de la elección y recibimiento. Al postulante para el ingreso se le exige probanza de nobleza del primer apellido y las generaciones que se estimen de legitimidad y cristiandad.

El Rey don Alfonso XIII ostentó hasta su muerte la dignidad de Primer Cofrade, pasando en ese momento la dignidad a su hijo don Juan de Borbón y Battenberg, conde de Barcelona, el cual permaneció como presidente de la corporación hasta su muerte. Su Majestad el Rey don Juan Carlos I pertenece a la Esclavitud desde 1954.

Real Asociación de Hidalgos de España

La Real Asociación de Hidalgos de España, -íntimamente vinculada a don Vicente de Cadenas y Vicent, quien fuera su principal promotor y Secretario General perpetuo hasta su muerte acaecida el 21 de diciembre de 2005-, constituye, por sus fines y estatus jurídico, un singular fenómeno dentro del panorama nobiliario europeo.

Don Vicente de Cadenas hizo una primera llamada para que los hidalgos españoles se integraran en una asociación civil de carácter privado, teniendo desde la primera hora la intención de sumar al proyecto a quienes, en términos nobiliarios, podía decirse que, sin tener propiamente calidad de hidalgos, gozaban de nobleza personal según los usos más o menos tradicionales. En el folleto que a tal fin se hizo circular en círculos oficiales se decía: «… por vuestro cargo, os habéis ennoblecido, sin perjuicio de la nobleza de sangre que por vuestro linaje os corresponda, pues sois los sucesores de quienes en otro tiempo desempeñaban en España los principales cargos de Justicia, Enseñanza y Administración y que, por esa participación en las tareas rectoras de la Nación, adquiriendo una notoriedad, destacando sobre sus conciudadanos, pasaban automáticamente a gozar de la calidad de hidalgos según las más puras doctrinas y jurisprudencia nobiliarias, y ese acceso a la hidalguía venía a constituir una compensación, lógica y natural, de sus muchas responsabilidades».

El 13 de noviembre de 1954, bajo la presidencia del Infante don Fernando de Baviera, se reunió en la Sala de Juntas del Instituto de Cultura Hispánica, en Madrid, la comisión organizadora de la Asociación de Hijosdalgos a Fuero de España con la idea de conseguir el reconocimiento oficial de la hidalguía como nobleza no titulada por parte del Estado Español. Allí mismo se crean dos comisiones: una de ellas para la redacción de un reglamento de la asociación y otra para el estudio de las pruebas nobiliarias.

En octubre de 1965, una representación de la Asociación presidida por el Duque de Veragua se trasladó al Palacio de la Zarzuela al objeto de entregar a los Príncipes de Asturias las insignias corporativas, consiguiendo así un primer reconocimiento de los que después serían los Reyes de España Don Juan Carlos I y Doña Sofía.

En sus estatutos de 31 de enero de 1996 y en su reglamento de 8 de octubre de ese mismo año, adaptados a la vigente Ley de Asociaciones, postula encarnar la representación actual del antiguo estado noble, reconociendo por igual a la nobleza de sangre y a la nobleza de mérito o nobleza personal, admitiendo, por consiguiente, pruebas por equiparación o asimilación con la normativa anterior a 1836 (es decir, nobleza del linaje paterno o bien la inherente a cargos, méritos o servicios).

La Asociación acogida al patronato de Santo Domingo de Guzmán, tiene como Presidente de Honor al Infante don Carlos de Borbón y está regida por una Junta Directiva compuesta por dieciocho miembros y un Consejo Asesor. En 1967 se la declaró como Asociación de Utilidad Pública y en 1989 como Asociación de Interés Social.

Cuerpo Colegiado de la Nobleza de Asturias

Mediante acta fundacional de 5 de noviembre de 1989, un grupo de nobles asturianos constituyó en Oviedo una asociación con pretensiones de agrupar a los descendientes de la antigua nobleza del Principado a la que nos hemos referido. Dicho grupo estaba encabezado por el entonces Conde de Toreno, don Francisco Queipo de Llano y Acuña, el Marqués de Canillejas, el Conde de Güemes y otros prestigiosos profesionales.

Los actuales estatutos, por los que se rige el Cuerpo de la Nobleza de Asturias, que así se llama la corporación, son de 26 de mayo de 1995. En ellos se destacan como sus fines el de organizar corporativamente a la nobleza de Asturias, así como la catalogación y la investigación de los fondos heráldicos y genealógicos existentes en el Principado y la defensa del patrimonio artístico, cultural y medioambiental de la región asturiana.

Cuenta con unos ciento cincuenta miembros y la ceremonia de ingreso de los mismos suele celebrarse en los meses de octubre en la Capilla del Rey Casto de la Catedral de Oviedo, en el transcurso de una vistosa ceremonia.

Divisa Solar y Casa Real de la Piscina

Una piadosa y antigua tradición cuenta que tras la diáspora de la dinastía navarra que siguió al asesinato del rey Sancho Garcés ocurrido en Peñalén en 1076, un sobrino suyo, el infante don Ramiro que había casado con doña Cristina, hija del Cid Campeador, acompañó a Godofredo de Bouillon en la Primera Cruzada y tomó parte gloriosa en el asalto a las murallas de Jerusalén en 1099, precisamente donde estaba situada la Piscina Probática, cuyas milagrosas aguas sanaban al enfermo que primeramente se introducía en ellas.

Don Ramiro, en su testamento otorgado en San Pedro de Cardeña en 13 de noviembre de 1110, dejó a su hijo mayor, el futuro García Ramírez, «el Restaurador», el Reino de Navarra y a su hijo segundo Sancho los territorios de Peñacerrada, en la Sonsierra navarra, desde Vidaurreta a San Vicente de la Sonsierra, con la carga de edificar una iglesia en recuerdo de su entrada en Jerusalén, que debería ser puesta bajo la advocación de Santa María de la Piscina.

El pequeño templo, joya del románico navarro-riojano, se construyó en 1136 cerca del lugar de Peciña, a un kilómetro de Ábalos y a tres de San Vicente de la Sonsierra. La iglesia, la casa solar que tiene adosada y algunas tierras próximas quedarían vinculadas proindiviso en la descendencia de Don Ramiro.

El patronato se sigue ininterrumpiendo hasta Juan Ramírez de la Piscina, que fue desposeído de sus señoríos por Pedro I «el Cruel» a mediados del siglo XIV. En las centurias siguientes varios vecinos, so pretexto de ser diviseros, se apropiarán de la tierras, acabando el culto a la iglesia y derruyéndose ala casa solar. En 1534 Diego Ramírez de la Piscina recuperó el patronato por sentencia de la Chancillería de Valladolid, expulsando a los intrusos y redactándose nuevos estatutos en 1537.

Después sucederán en el Patronato distintos miembros del linaje conquense Ramírez de Arellano, los Condes de Aguilar de Ynestrillas, los Condes de Murillo y finalmente, de nuevo, los Ramírez de la Piscina de la Casa de Ábalos, cuya primogenitura ostenta hoy el Marqués de Legarda. El último asiento del antiguo libro de actas está redactado el 24 de noviembre de 1739, fecha a partir de la cual comienza el periodo de decadencia de la Divisa.

En 1974 se consiguió la reconstrucción de la iglesia y la casa solar y una Junta de Restauración obtuvo del Obispo de Calahorra la erección canónica de la Divisa como Muy Ilustre y Antiquísima Cofradía de Nuestra Señora de la Probática Piscina de Jerusalén, aprobándose los Capítulos, Ordenanzas y Establecimientos el 11 de febrero de 1975, y nombrándose una Diputación que encabezaba como patrono el Marqués de Legarda y que tuvo por primer Alcalde Mayor al Duque de Veragua, al que sucedió, tras su fallecimiento en 1986, el Marqués de Vargas.

Ilustre y Antiquísima Hermandad de Caballeros y Damas Mozárabes de Nuestra Señora de la Esperanza de la Imperial Ciudad de Toledo

Los mozárabes, antiguos pobladores de la Península Ibérica que, durante la dominación islámica se arabizaron, mantuvieron a pesar de la conquista su fe cristiana, sus iglesias y las costumbres de sus mayores, agrupándose en parroquias personales, situando en Toledo una especie de sede y lugar de referencia para no perder su identidad.

El Rey don Alfonso VI, el 19 de marzo de 1101, unos años después de la reconquista de la Ciudad Imperial, había otorgado fuero dirigido “ad totos mozarabes de Toledo”, concediéndoles diversos privilegios, entre ellos el de ingresar en el estamento de caballeros, siendo este fuero confirmado posteriormente en diferentes fechas por los Reyes de Castilla y de la España unificada.

El Papa Julio III, por Bula de 9 de marzo de 1553, reguló la transmisión de la calidad y parroquialidad de los mozárabes toledanos, restringiéndola a sus descendientes por línea de varón y de sus hijas primogénitas. También el cardenal don Luis María de Borbón dictó el 29 de enero de 1815 normas complementarias sobre la mozarabía.

Fue al caer estas disposiciones en desuso cuando, con el asesoramiento del abogado don José Antonio Dávila y García-Miranda, se pensó en constituir una entidad que pudiera representar adecuadamente a la única comunidad histórico-litúrgica de vínculos genealógicos que sobrevive en el Occidente cristiano, mantener, dignificar y actualizar sus tradiciones e interesar el reconocimiento de la nobleza de sus familias. Así, la comunidad mozárabe decidió organizarse en una rama socionobiliaria, la Ilustre y Antiquísima Hermandad de Caballeros Mozárabes de Nuestra Señora de la Esperanza de la Imperial Ciudad de Toledo, y otra cultural, el Instituto de Estudios Visigóticos de Toledo.

Las Constituciones de la Hermandad se aprobaron el 15 de junio de 1966, fijando su domicilio social en la antigua parroquia mozárabe de San Lucas, donde tenía su sede la Cofradía-Esclavitud de Nuestra Señora de la Esperanza, de cuya personalidad jurídica se considera heredera. Su definitiva erección canónica se produjo el 21 de noviembre de 1983, por mandato especial del Cardenal Arzobispo de Toledo, Primado de España.

Forman parte de la misma, por derecho propio, las familias mozárabes de ascendencia toledana, mediante la consiguiente prueba genealógica a través de la documentación obrante en las dos parroquias de rito mozárabe de Toledo (San Marcos y Santa Eulalia y Santas Justa y Rufina) que todavía subsisten, de las seis antiguas.

Corresponde al Arzobispo Primado el supremo patronato de la Hermandad, de la que es Protector el Ayuntamiento de la ciudad de Toledo. Se gobierna por un cabildo que preside el Hermano Mayor. El 1 de diciembre de 1999 fueron aprobadas sus nuevas Constituciones.

Junta de Nobles Linajes de Segovia

Sus orígenes, como el de otras Corporaciones nobiliarias, es un tanto confuso y se confunde en la noche de los tiempos.

El Cronista Diego de Colmenares atribuye la fundación de la Junta a los famosos Capitanes que guiaron las huestes segovianas en la conquista de Madrid, don Fernán García de la Torre y don Día Sanz, quienes legaron su cuantiosa hacienda a la nobleza segoviana ya que no dejaron sucesión. Sin embargo, y más conforme con la verdad histórica, el Marqués de Mondéjar, afamado genealogista barroco, considera acertadamente que los dichos capitanes fueron los jefes de las bandas que se disputaron el gobierno de la ciudad en las minorías de edad de los Reyes Sancho IV y Alfonso XI, quien en 1345 al dividir los cargos concejiles entre ambos bando zanjó para siempre estas discordias y creo un organismo que administrase los bienes comunales nobiliarios, naciendo de esta forma los linajes segovianos.

La Junta de los Nobles Linajes tuvo su sede primeramente en la Iglesia de San Juan de los Caballeros, para más tarde pasar a celebrar sus reuniones en la de la Santísima Trinidad, celebrándose desde el siglo XVI sus juntas generales de Año Nuevo en la Sala Capitular de la Santa Iglesia Catedral.

Poseía cuantiosas rentas, procedentes de sus pinares de Valsaín, que repartían por mitad con el Ayuntamiento, lo cual dio origen a frecuentes pleitos y contenciosos. Los linajes empleaban esas rentas en importantes obras de beneficencia, culturales o sociales, que fundamentalmente repercutían en favor de la Ciudad de Segovia, no habiéndose repartido nunca entre los caballeros, ni usadas en beneficio personal.

La Junta tiene documentaciones y archivo de los caballeros recibidos desde 1558 hasta 1836, año en que se produce la confusión de estados y la desaparición como tal del Estado Noble.

No obstante a pesar de su desaparición en el siglo XIX, recientemente un grupo de hidalgos segovianos, muchos de ellos descendientes de antiguos junteros, han organizado esta añeja corporación con el fin de continuar la labor tradicional y comunal de los Linajes. Así, a partir del mes de septiembre de 1980 se reorganiza formalmente la institución, adoptando el nombre de «Junta de Nobles Linajes de Segovia», constituyéndose como asociación no lucrativa, y con la finalidad de agrupar en su seno a los descendientes de los Caballeros que integran la misma, así como a aquellas otras personas que sean Título del Reino o hijodalgo a Fuero de Castilla y con vinculación a Segovia, su provincia o territorios que la constituyeron.

Los fines que persigue la Corporación son culturales (becas de estudios, catalogación de archivos) y benéficos (ayudas a miembros necesitados, sus viudas y huérfanos). Se encuentra regida por el Consejo de Diputados, que es el órgano ejecutivo, compuesto por ocho miembros, y por la Junta General de Caballeros, que es el órgano supremo, integrando a todos los miembros de la misma, que en ningún caso podrán exceder del número de trescientos.

La Familia Real ha querido dar un muestra de aprecio a esta institución, y así S.A.R. don Juan de Borbón y Battenberg, Conde de Barcelona, Almirante de la Real Armada, y padre de S.M. Don Juan Carlos I, aceptó la nominación de Regidor Mayor y Perpetuo de la Junta de Nobles Linajes de Segovia.

Muy Ilustre Cabildo de Caballeros y Escuderos de Cuenca

El Muy Ilustre Cabildo de Caballeros y Escuderos de Cuenca se constituyó por acuerdo corporativo de 22 de julio de 1944, siendo reconocida como congregación canónica vinculada a la Parroquia de El Salvador de la ciudad de Cuenca por decreto del obispo diocesano de 6 de marzo de 1946.

El Cabildo se considera heredero de una antigua cofradía cuyos antecedentes se remontan a 1565, fecha en la que la nobleza local se asocia fundando una asociación piadosa cuyo nombre se recoge en un documento de 1787 que la denomina “Célebre y Venerable Hermandad de Caballeros Distinguidos con la Advocación de Nuestra Señora de la Soledad“. Todos los datos referentes a la misma se pierden con la destrucción de su archivo durante la Guerra de la Independencia.

Sus actuales estatutos son de 22 de abril de 1966. En ellos el Cabildo diferencia plenamente, en su seno, dos estados: el estamento de nobleza, denominado “Muy Ilustre Cabildo de Caballeros de Cuenca“, y el de los “Antiguos escuderos” u “Orden de la Soledad y de la Cruz”.

Tiene como cabeza y presidente a un Maestre. Éste es auxiliado a su vez por un consejo capitular que se compone de un Clavero, un Canciller, un Prior, el Mayordomo de la Orden de la Soledad y de la Cruz y dos Diputados o Vocales, así como otras dignidades que se requieran.

Para ingresar en el Cabildo se requiere acreditar la limpieza de sangre e hidalguía del primero de los apellidos.

Real Cofradía de Caballeros de Nuestra Señora del Portillo

La Cofradía de Caballeros Nobles de Nuestra Señora del Portillo fue instituida el día 6 de junio de 1941 por iniciativa de una comisión de notables aragoneses encabezada por el don Miguel de San Cristóbal y García de la Huerta, Barón de San Vicente Ferrer, su primer Hermano Mayor. Obtuvo la aprobación canónica diocesana el 12 de enero de 1942. Sus vigentes Ordenanzas son de 26 de mayo de 1955.

Tiene su sede capitular en la Iglesia Parroquial del Portillo de Zaragoza, situada en un punto de la antigua muralla en donde el 25 de marzo de 1119 se produjo la aparición milagrosa de Nuestra Señora, que defendió con sus ángeles el portillo que la morisma había efectuado en el recién reparado recinto fortificado, tras la conquista de la ciudad por Alfonso I.

Su remoto origen se basa, según algunos estudiosos, en otra cofradía erigida en el siglo XIV. Las primeras Ordinaciones conservadas son de 1511 y en ellas, así como en las de 1575, 1577 y 1762, se exigía la limpieza de sangre como requisito de ingreso, sin que esté absolutamente acreditado que se solicitara también la prueba de nobleza a los aspirantes, aunque si que es cierto que casi todos ellos pertenecían a importantes familias de Zaragoza.

Su festividad principal el 25 de marzo, día en el que se convoca el capítulo general, coincidiendo los actos con la celebración de la Anunciación y Encarnación de la Virgen.

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Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid

Madrid, desde su conquista por Alfonso VI, fue villa de behetría, es decir no hubo en ella diferenciación de estados, ni matrículas por separado de nobles y plebeyos, aun cuando fuera residencia de numerosos linajes nobles, descendientes de los caballeros que participaron en la conquista o que se asentaron en ella más tarde. Fue también domicilio de Grandes y Títulos, en especial al establecerse definitivamente la Corte y capitalidad de la Monarquía con Felipe II.

La nobleza madrileña está colectivamente aludida en diversa documentación antigua que conserva el Archivo de su Ayuntamiento. Así el Privilegio de Enrique III al Concejo e Alcaldes e Alguacil e Cavalleros e Escuderos de la Villa de Madrid, de 25 de abril de 1391, o la Real Cédula dada en Tordesillas a 27 de junio de 1454 aprobando la sentencia del pleito seguido entre “los Caballeros y Escuderos de la villa de Madrid, de la una parte, y los Regidores de ella de la otra, sobre su regimiento y gobernación”, que daría lugar a diversas concordias en siglos posteriores.

En estos documentos se declaraba que pertenecían al estado noble madrileño un amplio número de oficios (dos Alcaldes Ordinarios, un Alguacil Mayor, un Guía del Concejo, seis Caballeros de Monte, un Procurador Síndico General, dos Fieles, un Mayordomo de Propios, la Secretaría de Secreto del Ayuntamiento, una de las dos Procuradorías de Cortes y la suerte de millones).

En 1767 el incumplimiento por el Ayuntamiento de Madrid de estos fueros sobre los llamados oficios de concordia y las incidencias con ello ocasionadas, darían lugar a la reunión corporativa de la nobleza madrileña y al definitivo establecimiento de un Cuerpo de la misma en la Junta General de 7 de julio de 1782 y en las tres subsiguientes.

La corporación formada, y los dieciocho miembros de su Junta Directiva, consiguieron el reconocimiento del Real y Supremo Consejo de Castilla, así como la autorización para celebrar sus reuniones en la sala capitular del Ayuntamiento. El primer presidente del Cuerpo fue el Duque de Santisteban, primogénito del Duque de Medinaceli, por acuerdo de la segunda Junta General de 15 de junio de 1783.

Los definitivos Estatutos, en número de 45, fueron sancionados por la Junta General de 19 de abril de 1786 y por el Real y Supremo Consejo el 27 de mayo de 1791. Según ellos podían pertenecer al Estado de Caballeros Hijosdalgo de Madrid los nobles, caballeros e hidalgos previamente recibidos como tales por el Ayuntamiento, tras las pruebas de la calidad de su primer apellido que, entre otros fines, desearan colegiarse para desempeñar los principales cargos del concejo madrileño.

Seguidamente serían aprobados tanto el escudo del Cuerpo -que fue el de la Villa, organizado finalmente por el rey de armas Pascual Antonio de la Rua el 15 de marzo de 1800- como las insignias y uniformes, que se señalaron por Reales Disposiciones de 3 y 16 de octubre de 1799 y de 11 de marzo de 1801.

Ya en el siglo XX se regularon sus nuevos uniformes por Real Decreto de 15 de diciembre de 1904 y unos nuevos Estatutos en 1909, año en el que se concedió al Cuerpo el título de Real. La Segunda República volvió a extinguir el Real Cuerpo, que fue restablecido por escrito de 18 de junio de 1938, quedando nuevamente adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores.

El 4 de junio de 1968 se reformaron sus Estatutos y el 28 de junio de 1990 se aprobaron los actualmente vigentes, que fueron sancionados por el Conde de Barcelona como Jefe Supremo del Cuerpo. Este pasó a denominarse Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid. Finalmente, en asamblea general celebrada el 16 de mayo de 2001 se aprobó la modificación de sus uniformes, simplificándolos.

La vinculación histórica del Real Cuerpo al Ayuntamiento de Madrid y al Ministerio de Asuntos Exteriores determina que el Alcalde de la Villa y Corte y el Ministro de aquél departamento sean caballeros honorarios, siendo investidos como tales una vez que hayan tomado posesión de sus cargos.

El Real Cuerpo se honra teniendo por patrona a Santa María la Real de la Almudena. Es copatrono San Ildefonso y se hace coincidir su festividad, el 23 de enero, con la imposición de manto de los nuevos caballeros, ceremonia que se efectúa todos los años en el Real Monasterio de La Encarnación. Su Capellán Mayor Perpetuo es el Cardenal-Arzobispo de Madrid.

Para ingresar el postulante debe de presentar expediente donde justifique la nobleza de sus dos primeros apellidos, paterno y materno.

Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña

El Real Cuerpo de la Nobleza, Antiguo Brazo Militar del Principado de Cataluña y Condados de Rosellón y de Cerdaña se considera heredero del brazo militar que asumió en las Cortes Generales de Cataluña, hasta 1714, la representación del estamento nobiliario.

La primera noticia de participación ciudadana en las curias celebradas en tierras catalanas es de 1218. Las componían tres brazos, el señorial o militar, el eclesiástico y el real o popular integrado por los síndicos de las ciudades. En el año 1389 el brazo militar se escindió por decisión de Juan I y se formó otro brazo, el de los caballeros generosos y homes de paratge, con el privilegio de que sus miembros se constituyesen en cuerpo colegiado y de poder usar un emblema con las armas reales. Este brazo de la pequeña nobleza tuvo una vida efímera, pues muy pronto se reintegró al brazo originario del que se había escindido. En 1481, por Pragmática otorgada por Fernando el Católico en Barcelona, fueron confirmados los privilegios que su antecesor Juan I había concedido en 1389.

El 29 de junio de 1602, bajo el reinado de Felipe II, se promulgaron y juraron sus primeros Estatutos y Ordenanzas, que firmaron ciento setenta y cuatro miembros del estamento. Con las modificaciones de los años 1605 (determinadas por los litigios entre nobles y por la exigencia de moderación en sus signos externos) y de 1642 (con el establecimiento de un notario para la llevanza de libros) los Estatutos y nuevas Ordenanzas se inscribieron en el llamado Llibre Verd, libro verde, en el que se dejó constancia también de todos los miembros pertenecientes al Brazo.

Carlos II concedió al Brazo el dictado de Fidelísimo en 1690 y en 1698 otorgó la insignia y banda de tafetán negro que también hoy le es propia. El 15 de junio de 1706 el Archiduque Carlos concedió al brazo militar, a su Protector y a sus oficiales los privilegios, franquicias e inmunidades de que gozaban los Grandes de España.

Su última reunión, hasta la de reconstitución de 1880, tuvo lugar el 5 de julio de 1713, mientras Barcelona estaba sitiada por las tropas de Felipe V, siendo Protector don Juan de Lanuza, Conde de Plasencia. Tras la toma de la ciudad, el Llibre Verd y los demás documentos del Brazo Militar fueron incorporados al Archivo Real, actual Archivo General de la Corona de Aragón.

Debe recordarse, en relación al fenómeno asociativo de la nobleza barcelonesa, la antigua Real e Ilustre Cofradía de la Virgen de la Soledad, de la Real Basílica de la Merced, que fue fundada en 1593 y que siguió viva durante el periodo de 1714 hasta 1880. Siempre fue conocida como Cofradía de los Caballeros y sus pasos procesionales, el del Santo Cristo y el de la Virgen de la Soledad, estaban a cargo de la nobleza de la ciudad.

El 16 de abril de 1880, tras diversas reuniones en octubre de 1875 y en marzo de 1879, y con importante intervención de los mayorales militares de la Cofradía de la Soledad, se celebró la primera junta general del patriciado barcelonés para aprobar los nuevos Estatutos del Cuerpo y continuar el Llibre Verd como matrícula de su nobleza. El 8 de marzo de 1883 dichos Estatutos fueron aprobados por el Gobierno Civil de Barcelona. En 1919 el Cuerpo sufrió una importante reorganización, reformándose sus Estatutos en asamblea extraordinaria celebrada en la sala capitular de la catedral de Barcelona el 15 de marzo.

Sus vigentes Ordenanzas son de 27 de junio de 1985 y sus Instrucciones de ingreso de 3 de abril de 1991. En ambas normas se resalta como objetivo primordial “agrupar corporativamente la Nobleza tradicional del Principado de Cataluña” y “representar a la Nobleza Catalana ante los poderes públicos y ante cualesquiera otras entidades o personas”.

Real Estamento Militar del Principado de Gerona

Esta corporación se considera heredera y representante del Brazo Militar del Principado y de la antigua Cofradía de San Jorge y Santa Isabel, luego solo de San Jorge, que fue fundada el 28 de agosto de 1386 por el Duque de Gerona, más tarde Juan I de Aragón.

El Estamento y la Cofradía aparecen refundidos y reestructurados modernamente por Decretos de 23 de noviembre de 1928 y 30 de marzo de 1929 -que no hemos podido consultar- firmados por el Prelado de la Diócesis de Gerona, que es su Director.

Como es sabido, el Principado de Gerona es el título que corresponde a los Primogénitos de Aragón. Fue creado en 1414 por Fernando I de Antequera para su hijo, el futuro Alfonso V de Aragón, elevando a tal condición el antiguo ducado del mismo nombre. Es una de las dignidades dinásticas atribuidas por la Constitución al Heredero de la Corona de España, don Felipe de Borbón, pero que inexplicablemente no usa y que, además, está por completo oscurecida por el omnipresente título de Príncipe de Asturias.

En cualquier caso, el Real Estamento Militar del Principado de Gerona-Cofradía de San Jorge no guarda en la actualidad otra relación con la dignidad de Príncipe de Gerona y con las Fuerzas Armadas que la puramente sentimental y de evocación histórica.

Su Jefe Supremo es S.M. el Rey y su Hermano Mayor el Heredero de la Corona, como Príncipe de Gerona. Ostenta el título de Real por concesión de Alfonso XIII. Los vigentes Estatutos fueron aprobados por el capítulo general el 22 de abril de 2003.

Real Hermandad de Infanzones de Illescas

El Rey don Carlos III, en la villa toledana de Illescas, aprueba en 1764 los estatutos y constituciones de la Hermandad de Nuestra Señora de la Caridad, concediéndole a la misma el regio patronazgo. Con este acto el Rey rememora el recuerdo de un brazo noble muy afamado en la época del rey Felipe II, el cual se encontraba muy ligado al culto de la Virgen de la Caridad.

La Hermandad se restaura en 1925 por El señor don Jerónimo López se Ayala y Álvarez de Toledo, Conde de Cedillo, en unión de numerosos caballeros toledanos y de algunos de la nobleza madrileña, aceptado por Alfonso XIII el título de Hermano Mayor dicha tradición se mantiene hasta nuestros días.

Sus actuales estatutos se aprobaron el 14 de junio de 1925 por el Cardenal Arzobispo de Toledo y su primer Capítulo se celebró con fecha 11 de marzo de 1926.

Sus Ordenanzas datan del 29 de mayo de 1997. Para su ingreso se necesita probar nobleza del primer apellido y limpieza de sangre.

Los fines de la Hermandad son: la defensa de la Iglesia Católica, el amparo a cuantos se acojan a la protección de la Virgen de la Caridad y la cooperación con las obras sociales que se decidan.

Está regida por un Teniente de Hermano Mayor, un Hermano Canciller y doce Hermanos Gobernadores, de los cuales los seis más antiguos toman el sobrenombre de “seises”.

En la actualidad cuenta con un Capítulo en Portugal y se está implantando en varios países de Hispanoamérica.

Los Caballeros suelen reunirse en Cabildo, al menos, en el mes de noviembre para honrar a los difuntos, los jueves y viernes santo, en las celebraciones de la patrona y en los juramentos de nuevos miembros.

La Hermandad posee un brazo de damas y un llamado “brazo menor”, compuesto este último por los hijos de los caballeros que sean mayores de 15 años y menores de 18, así como de hermanos de caballeros por línea paterna.

Real Hermandad del Santo Cáliz de Valencia

Con el propósito de “dar culto y guarda de honor” al Santo Cáliz de la Cena de Nuestro Señor, se crea esta Hermandad el 28 de diciembre de 1917, -fecha de sus primeras Constituciones, confirmadas por el Cabildo de la catedral de Valencia el 15 de febrero de 1918-, por acuerdo de la mayor parte de los individuos que integraban entonces la nobleza titulada valenciana.

Como es sabido, el Santo Grial se custodia en la Catedral de Valencia desde 1437, tras su traslado allí por orden del Rey Don Juan de Aragón, como lugarteniente de su hermano don Alfonso V el Magnánimo, desde la Capilla Real del zaragozano Palacio de la Aljafería. En 1915 el Cabildo había adoptado el acuerdo de exponerlo de forma pública y permanente a la veneración de los fieles, dedicándole en 1916 como capilla propia la Sala Capitular Antigua.

La Real Hermandad persigue, asimismo, los fines culturales y sociales habituales de defensa y protección de los intereses corporativos y de afirmación de la condición cristiana de sus miembros. Especialmente el de «asistir materialmente y confortar a las familias desvalidas, singularmente a los ancianos que vivan en soledad, necesitados de ayuda y compañía en régimen de Beneficencia particular».

Al constituirse la Hermandad se colocó bajo el amparo de Don Alfonso XIII, quien, como Hermano Mayor, le concedió el título de Real.

En sus inicios la integraban únicamente los Títulos domiciliados en el antiguo Reino de Valencia u originarios de la Corona de Aragón y sus primogénitos; ampliándose a Títulos de otros Reinos en la reforma estatutaria de 27 de enero de 1923 y a los caballeros de las cuatro Ordenes Militares españolas y de Malta, de las cinco Maestranzas y de los Reales Cuerpos de la Nobleza de Madrid y de Cataluña, en una segunda reforma de 11 de mayo de 1948.

Más recientemente ha habido modificaciones en sus Estatutos el 30 de mayo de 1986 y el 11 de junio de 1999, permitiéndose hoy el ingreso de todos los hijos de Títulos del Reino. Está inscrita en el Registro de Asociaciones de la Generalidad Valenciana y desde 1993 existe una delegación en Madrid.

El 20 de febrero de 2000 S.M. el Rey, que había ingresado siendo Príncipe de Gerona en 1953, ratificó el título de Real y aceptó su nombramiento como Hermano Mayor Honorario. Son también miembros las Infantas Doña Pilar y Doña Margarita y el Infante Don Carlos.

Real Ilustre y Primitivo Capítulo Noble de Caballeros de La Merced

El Capítulo Noble de Caballeros de la Merced se constituyó canónicamente el 26 de junio de 1974, en el seno de una Hermandad fundada el 3 de septiembre de 1724 en el convento madrileño de las madres mercedarias de la calle Valverde, popularmente conocido como monasterio de don Juan de Alarcón. Esta Hermandad formaba parte, a su vez, de un grupo de institutos religiosos vinculados a la Orden de la Merced, instituida en 1218 por San Pedro Nolasco, que tiene su actual curia general en Roma, (y que admitió caballeros laicos hasta 1926), con la que no debe confundirse.

El Consejo de la Gobernación del Arzobispado de Toledo aprobó las Ordenanzas de dicha Hermandad el 12 de diciembre de 1724, teniendo por fines, entre otros, el culto a María Santísima de las Mercedes y la redención de los cautivos cristianos. Formaban parte de la misma dos clases de miembros: Caballeros, a los que se exigía la prueba de nobleza, y Hermanos de indulgencia, admitidos sin tal requisito.

Fray Gabriel de Barbastro, maestro general de la Orden de la Merced, elevó la Hermandad a la categoría de Archicofradía. Por Real Orden de 6 de julio de 1827, Fernando VII se declaró su Hermano Mayor y Protector, tutela que renovaron la Reina Gobernadora, por sí y a nombre de Isabel II, Alfonso XIII y Don Juan Carlos I, según escrito de su secretaría de 3 de abril de 1967.

Como hemos dicho, el día 26 de junio de 1974 el Cardenal Arzobispo de Madrid-Alcalá aprobó las nuevas Ordenanzas, en cuyo artículo 1º. disponen que, en lo sucesivo, la corporación se denominará “Real, Ilustre y Primitivo Capítulo Noble de Caballeros de la Merced, Archicofradía de María Santísima de las Mercedes, estando bajo los soberanos auspicios de Nuestra Señora de la Merced, como Celestial Patrona Reina de los Ángeles, Augusta Redentora de cautivos y Remedio de los necesitados”.

Tiene como protector al arcángel San Miguel y está integrada por unos doscientos caballeros capitulares y damas.

Real Muy Antigua e Ilustre Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano

Esta corporación tiene su sede en la Iglesia arciprestal de San Pedro y San Ildefonso. Dicha iglesia (antigua catedral), sita en la plaza de igual nombre, guarda tradicionalmente los restos de San Ildefonso y de San Atilano. Aquéllos fueron traídos por los mozárabes toledanos que repoblaron la ciudad en época de Alfonso III el Magno, mandados por Ordoño I desde Oviedo. Mientras que San Atilano, obispo zamorano del 900 al 919, fue enterrado aquí. Para unos, ambos aparecieron durante la ampliación del templo en 1260; para otros, el hallazgo de San Atilano sucedió entre 1522 y 1534, en contra de la inscripción de la capilla mayor, que cita el 1496. Reyes y papas reclamaron los restos de San Ildefonso desde Toledo. Las negativas culminaron con la creación de la Congregación de Caballeros Cubicularios encargados de vigilar las reliquias.

Aunque realmente existen datos y pruebas documentales de que los caballeros cubicularios existían ya en 1415, sus estatutos más antiguos datan de 1503. Estos se modificaron posteriormente en 1536 para incluir a San Atilano en la nomenclatura y culto, y luego en 1624 se volvieron a modificar para fijar el número de cofrades a treinta y tres.

Esta corporación con el paso del tiempo quedó extinta. Su reorganización se produjo en los años sesenta, un grupo de zamoranos encabezados por el Vizconde de Garci-Grande recogió la tradición y principios de la corporación. Su actual constitución se aprobó el 25 de marzo de 1967 por el obispo de la diócesis Don Eduardo Martínez González. Tiene como metas principales dar ejemplo de entrega y abnegación espejo de la vida cristiana, rendir culto a los dos santos titulares de la corporación y velar por el conocimiento y la conservación de las tradiciones y costumbres zamoranas, contribuyendo a actos culturales sociales y asistenciales.

El consejo está compuesto por un Mayordomo Presidente, por el Párroco de la Iglesia de San Pedro y San Ildefonso, por el Canciller Secretario, por el Fiscal, por un Tesorero, por un Maestro de Ceremonias y por tres Consejeros, dirige la Cofradía la cual está conformada por algo mas de 200 Caballeros Cubicularios.

Solares de Tejada y Valdeosera

Jurídicamente estos solares constituyen una modalidad de propiedad privada no individual, ya que su titularidad la ostenta una comunidad, con la particularidad de que no se trata de una cotitularidad al estilo romano, es decir divisa por cuotas, sino germánica, es decir indivisa donde todos los comuneros ostenta un derecho global sobre el patrimonio.

Realmente los habitantes de estos solares se remontan más allá de la alta Edad Media, conformaban un grupo familiar con una cultura y un “modus vivendi” muy similar al germano, que condicionados por la climatología y la orografía de la zona compartían trabajos y labores defensivas.

Los solares de Tejada y Valdeosera son señoríos territoriales heredados por los descendientes de ciertas familias arraigadas desde tiempos inmemoriales en la Sierra de Cameros, en La Rioja. Dichos solares durante el reinado de Enrique IV de Castilla, consiguieron la ratificación de un privilegio de concesión de Infanzonía y Armas asignado por Ramiro I de Asturias y León, a sus antepasados.

Es preciso aclarar que estos solares, aunque comparten un mismo origen y un mismo escudo de armas, no forman una única institución, sino dos bien diferenciadas: uno es el «Solar de Tejada y el otro es el Solar de Valdeosera», con sus heredades, propiedades y estatutos perfectamente independientes.

Según la leyenda fundacional dichas familias descendían de la estirpe del caballero Sancho Fernández, que como premio a su decisiva participación en la mítica batalla de Clavijo (844), obtuvo de Ramiro I los lugares de Tejada y Valdeosera (valle de osos).

Don Sancho mandó edificar en Valdeosera trece casas, entregándolas en copropiedad indivisa a su hijo menor Sancho Tejada y a doce Caballeros gallegos, mientras que él se establece en Tejada con sus otros doce hijos. El tercer hijo de don Sancho, llamado Martín, fundó su casa en Pinillos de Cameros donde tuvo cinco hijos (los primeros de linaje Martínez de Pinillos) dando así origen al solar de Las Calderas (conocido así por las calderas que luce en sus armerías). Este solar queda inactivo después del siglo XVIII a diferencia de los dos anteriores, de donde procede.

Tejada tiene fijada su razón en la Casa Cadina, finca de 424 hectáreas dentro del término municipal de Laguna de Cameros.

Valdeosera tiene sus propiedades deslindadas, 954 hectáreas, se encuentra en el término municipal de San Román de Cameros; pertenecientes ambos (Tejada y Valdeosera) a La Rioja.

Las trece Divisas que componen Valdeosera son: Cabañuelas, Diego Sáenz de Tejada, Iñigo López, Iñigo Martínez de Arriba, Iñigo Martínez de Abajo, Juan del Valle, Matute, Pedro Sáenz de Tejada, Pedro Sáenz de Velilla y Regajal.

Sus actuales estatutos son de fecha 19 de mayo de 1974.

El documento más antiguo relativo al asentamiento de Valdeosera es una Real Provisión de los Reyes Católicos de 7 de junio de 1481, en su nombre por el Almirante Enríquez por él, contra el Conde de Aguilar, Señor de los Gameros, por importunar a los Diviseros.

Sus “Ordenanzas Viejas” se encuentran aún en vigor, las cuales datan de 1 de febrero de 1579, siendo confirmadas por don Felipe V el 22 de septiembre de 1716.

La sucesión de cotitularidad en estas propiedades ha estado sujeta tradicionalmente a la previa comprobación por parte de las Juntas de probanza, del enlace genealógico del aspirante común divisero anterior. La condición de divisero en el solar de Tejada es transmisible a todos los descendientes de los previamente inscritos, por línea de varón o hembra indistintamente. En el de Valdeosera solo se puede ingresar por descendencia agnada habida en legítimo matrimonio.

Los solares han logrado pervivir a lo largo de más de 1000 años gracias a la fuerza de la tradición y a la perseverancia de sus diviseros quienes con entusiasmo han logrado defenderlos y mantenerlos vigentes.

La singularidad de estos solares, y el trabajo de sus actuales diviseros, para conservar la esencia de sus tradiciones, los convierten en ejemplo de lo que debe ser una corporación-comunidad de linajes que se sienten orgullosos de su hidalguía centenaria y sus costumbres. Vivo ejemplo de amantes de la historia y de la tradición hispana.

Cuerpo de la Nobleza del Antiguo Reino de Galicia

Con la denominación de Cuerpo de la Nobleza del Antiguo Reino de Galicia, se constituye una entidad al amparo de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, y normas complementarias, con capacidad jurídica y plena capacidad de obrar, careciendo de ánimo de lucro, una asociación apolítica, que pretende agrupar a los Nobles en una unidad nobiliaria de carácter nacional.

La nobleza gallega se sostiene en el concepto de España y de Europa, de su historia y sus orígenes, y en consecuencia, en su desarrollo está el cristianismo.
Nuestra Corporación se crea con una clara proyección de futuro que traspasemos de generación en generación.

La existencia del Cuerpo de la Nobleza del Antiguo Reino de Galicia tiene como fin principal el desenvolvimiento de tareas culturales, benéficas y asistenciales, para cuyo cometido se propone agrupar en su seno a las personas que representan en la actualidad a aquellos que tradicionalmente lo fueron de la Hidalguía, nobleza Gallega, o que tengan vinculaciones con el Reino de Galicia, organizándolos, corporativamente, a los mismos como Cuerpo de la Nobleza Gallega.

Asociación de Caballeros Hijosdalgo de la Casa Troncal de Los Doce Linajes de Soria

El 3 de Agosto de 2009 tuvo lugar la Asamblea de Promotores de la Asociación de Caballeros Hijosdalgo de la Casa Troncal de Los Doce Linajes de Soria, decidiéndose la constitución de la Diputación de los Linajes y aprobándose sus Estatutos, que fueron remitidos al Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior el día 11 del mismo mes.

La Casa Troncal de Caballeros Hijosdalgo de los Doce Linajes de la Muy Noble y Leal Ciudad de Soria, se establece, bajo la legislación actual, como una asociación de familias, descendientes de una de las más antiguas corporaciones nobiliarias de España.

La pertenencia a la Casa Troncal de Caballeros Hijosdalgo de los Doce Linajes de la Muy Noble y Leal Ciudad de Soria ha sido considerada prueba plena de nobleza no titulada en el ordenamiento jurídico español.

La Asociación de Caballeros Hijosdalgo de la Casa Troncal de los Doce Linajes de la Ciudad de Soria se rige por sus propios Estatutos y por las “Ordenanzas de Recibimientos” de Caballeros de Los Linajes de 14 de enero de 1602, en todo lo que no estuvieran derogadas en aplicación de la Constitución Española de 1978 y de la Ley 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación.

En particular el artículo 14 de la Constitución Española de 1978 modifica las “Ordenanzas de Recibimientos” de 1602 en sus puntos 1, 5 y 8 en el sentido de que, en la actualidad, la Casa Troncal de los Doce Linajes de la Ciudad de Soria se constituye por Caballeros Hijosdalgo y Damas Hijosdalgo.

La Asociación de Caballeros Hijosdalgo de la Casa Troncal de los Doce Linajes de la Ciudad de Soria se constituye por tiempo indefinido, teniendo como fines:

1º Agrupar en asociación a los descendientes de las familias que, hasta principios del siglo XX integraron los Linajes, que conformaban la Casa Troncal de los Doce Linajes.

2º Promover los intereses generales de la Muy Noble y Leal Ciudad de Soria mediante el ejercicio de una acción de impulso y cooperación cultural, histórica, científica y asistencial.

Los miembros de la Casa Troncal de los Doce Linajes de la Ciudad de Soria reciben las denominaciones tradicionales, según los casos, de Caballeros Hijosdalgo o Damas Hijosdalgo.
Podrán solicitar su ingreso quienes acrediten entronque directo del primer apellido paterno con alguna familia recibida en la Casa Troncal, o bien acrediten nobleza del primer apellido paterno y entronque, por cualquier otra línea, con familia que haya sido recibida en alguno de los Doce Linajes.
También podrán ser admitidos quienes solamente prueben nobleza del primer apellido, sin entronque con familia admitida en los Linajes, pero acrediten vinculación probada con instituciones religiosas, civiles, militares o asistenciales sorianas.

Capítulo Noble de Caballeros de Fernando VI

El Capítulo Noble de Caballeros de Fernando VI es una corporación Caballeresca, Religiosa y Nobiliaria de carácter Ibérico con una perspectiva española, portuguesa e internacional.
Su protector en España es don Rafael Melgarejo de La Peña, duque de San Fernando de Quiroga, Grande de España.

Los objetivos del Capítulo son los siguientes:

1º) Promover, recuperar y devolver el lugar que se merece en la historia la figura histórica de Su Majestad don Fernando VI, rey de España.

2º) Promover, recuperar y devolver el lugar que se merece en la historia la figura histórica de doña Bárbara de Braganza, princesa portuguesa que fue reina de España.

3º) Promover las buenas relaciones Ibéricas entre los antiguos pueblos de España y Portugal.

4º) Difundir la gigantesca herencia cultural, histórica, heráldica, nobiliaria y caballeresca, así como las tradiciones españolas y portuguesas en el mundo, especialmente a través de la hermandad con nuestros amados hermanos de América del Sur, Centroamérica y Norteamérica. España y Portugal poseyeron vastos imperios de ultramar que han dejado una enorme impronta religiosa, histórica y cultural.

Por ello, es objetivo de esta corporación hermanar a todos aquellos españoles, portugueses, hispanoamericanos y luso americanos que comparten esta gigantesca herencia, solar y acerbo de virtudes históricas, nobiliarias y caballerescas.

El Capítulo Noble de Caballeros de Fernando VI posee el siguiente sistema de rangos y gradación de honores y distinciones:

Los Caballeros del Capítulo Noble de Caballeros de Fernando VI se dividen en dos clases:

1. Gracia.
2. Justicia.

Son Caballeros de Gracia aquellas personas de meritoria e intachable trayectoria moral y personal que posean la suficiente dignidad para poder ser admitidos en esta noble milicia. Los Caballeros de Gracia no necesitan aportar pruebas de nobleza, sino solamente meritos personales.

Son Caballeros de Justicia aquellas personas de estimable e íntegra trayectoria familiar, moral y personal que posean la suficiente dignidad para poder ser admitidos en esta noble milicia.

Los Caballeros de Justicia deben aportar pruebas de nobleza.

Se admiten cómo pruebas de nobleza:

1. Poseer título del Reino en España.
2. Poseer título Nobiliario extranjero concedido por un Monarca con legítimo Fons Honorum (Se aceptan única y exclusivamente títulos de las monarquías de Etiopía, Vietnam, Ruanda, Georgia y Kupang)

3. Probanza del primer apellido a la usanza castellana, siendo válidas: Ejecutoria de Hidalguía de la Real Chancillería de Valladolid y de Granada, tres Actos Positivos de Nobleza, o la pertenencia a Órdenes y corporaciones donde haya grados de justicia sin dispensa de pruebas nobiliarias.

En cuanto a grados y rangos, estos son:

Caballero del Gran Collar
Caballero Gran Cruz de Justicia
Caballero Comendador de Justicia
Caballero de Justicia
Caballero Gran Cruz de Gracia
Caballero Comendador de Gracia
Caballero de Gracia

Aspectos religiosos:

El Capítulo Noble de Caballeros de Fernando VI tiene un carácter decididamente católico, apostólico y romano. Todos los Caballeros de este noble capítulo pasan a ser inmediatamente hermanos profesos de San Fernando y Santa Bárbara. Sin embargo, y dado nuestro enfoque global y cultural, gentes pertenecientes a otras religiones y credos pueden ser aceptados, pero nunca podrán ser hermanos profesos de San Fernando y Santa Bárbara.

Unión de la Nobleza del Antiguo Reino de Mallorca

A iniciativa de don José Cotoner y de Verí, Marqués de Ariany, y teniendo al Conde de Barcelona como Jefe Supremo, se crea en Palma como continuadora de su antigua Cofradía de San Jorge -suprimida por Carlos III en 1778- y aspirando “a agrupar a todas las casas de la primera nobleza balear, las familias de ciudadanos e hidalgos rurales de las islas y las casas de la Península vinculadas con las Baleares”.

En fechas 16 y 25 de febrero de 1955 fueron aprobados sus Estatutos por los Ministerios de Justicia y Gobernación, respectivamente.

Los vigentes Estatutos, visados el 31 de marzo de 1966 por el Gobierno Civil de Baleares, definen su objeto en el artículo 1º: “agrupar la nobleza tradicional de las Baleares para fomentar entre ella la tradición católica, española y caballeresca”.

Los postulantes al formar parte de la misma deben de demostrar nobleza o hidalguía centenaria, mediante prueba documental, por su linaje paterno.

Noble Compañía de Ballesteros Hijosdalgo de San Felipe Y Santiago

En 1350 se funda en Alfaro (La Rioja) una Compañía de Ballesteros con el objeto de defender su fortaleza. Dicha Compañía con el paso del tiempo fue adquiriendo privilegios y exenciones similares a la de los Hijosdalgos riojanos. Siendo éstos confirmados por el Rey, tras la gran victoria contra el asedio con el que el Conde de Foix sometió a la villa alfareña. Las reclutas de la Compañía se realizaban entre los Hijosdalgos «de sangre y armas». Considerándose acto positivo la pertenencia a ella.

Tras la Unificación del los reinos hispánicos en 1512, los ballesteros alfareños fueron perdiendo su función militar perdurando la Noble Compañía en el tiempo como una Cofradía o Hermandad de Hijosdalgos, dedicados a la realización de obras piadosas.

Desde sus inicios los cien ballesteros primitivos encomendaron el patronazgo y protección de la Compañía a los Santos Felipe y Santiago el Menor.

En la Actualidad, reorganizada e impulsada como «Hermandad de Caballeros» por el Excmo.Sr. D. Alfonso Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de la Floresta, se dice continuadora de los ideales caballerescos de aquella otra de 1350.

Bibliografía empleada

– García-Mercadal y García-Loygorri, Fernando y Fuertes de Gilbert y Rojo, Manuel, Caballeros del siglo XXI, Madrid, Dykinson, S.L., 2004.
– González-Doria, Fernando, Diccionario Heráldico y Nobiliario de los Reinos de España, San Fernando de Henares (Madrid), Editorial Bitácora, S.L., 1994.

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